La Orquesta Juvenil Iberoamericana culminó su singladura de este año con un gran concierto de gala en el Auditorio Nacional del Sodre, en Montevideo (Uruguay). 

Celebrado el miércoles 18, dicho concierto supone la cristalización de un año de trabajo y supone la realización de un viejo anhelo de Iberorquestas Juveniles: conseguir dar continuidad a una agrupación multinacional que refleje el trabajo realizado por los países miembros del Programa en un formato de intercambio, convivencia, aprendizaje y alta exigencia artística. 

La Orquesta Juvenil Iberoamericana se constituyó en 2019 en Ciudad de México, mediante un formato mixto consistente en la suma de un contingente de intérpretes de los países miembro con la orquesta anfitriona (en el caso mencionado, fue la Orquesta Escuela "Carlos Chávez" la que prestó el grueso del orgánico en un concierto realizado en el Complejo Cultural Los Pinos que contó con la presencia del Embajador Iberoamericano para la Cultura Jorge Drexler). Por desgracia, la irrupción de la pandemia mundial creada por la COVID-19 imposibilitó la repetición de la experiencia, al centrarse el Programa en cuestiones mucho más urgentes. 

Una vez restañados los efectos de la enfermedad, el Consejo Intergubernamental planteó de nuevo la necesidad de impulsar la OJI; si bien Iberorquestas Juveniles siempre ha usado la práctica musical como un medio y no como un fin en sí mismo (un medio para proporcionar a niñas, niños y adolescentes mejores oportunidades, en forma de disciplina, aprendizaje, sensibilidad hacia la música, convivencia y educación), la OJI se percibe como un catalizador de lo mucho que se hace bien en los sistemas nacionales y del alto nivel que estos procesos educativos pueden y deben alcanzar. 

La generosa oferta de Uruguay, que se postuló como anfitrión de la Orquesta, posibilitó su programación en este 2024. En total participaron dieciséis países (los quince del Programa mas Paraguay, que se encuentra en conversaciones para acceder al mismo). Junto con la Orquesta Juvenil del Sodre, el total de la agrupación sumó 123 intérpretes, una cifra más que considerable. El perfil ha sido exigente: la Dirección Artística, a cargo de los maestros Britos y Rentería, solicitó intérpretes de gran capacidad técnica y buena capacidad de aprendizaje. El ensamblado de una agrupación de este calibre es testimonio tanto del esfuerzo de las personas participantes en la misma como de la docena de profesoras y profesores que, de forma incansable, han trabajado en ensayos y masterclasses durante toda esta semana. 

El concierto, dirigido por el maestro Ariel Britos,  contó con el siguiente repertorio: 


Toccata - Héctor Tosar (1923-2002), Uruguay. 

Poema Sinfónico Arenal 1968 - Alejandro Acuña Moreira, Costa Rica. 

Música Homenaje a los Niños Héroes - Jesús Sevillano Cuevas, México. 

Choros n°10 “Rasga o Coracao” - Heitor Villa-Lobos, Brasil. 

Danzón n°2 - Arturo Márquez, México. 

Kalamary, “Paráfrasis sobre temas de Lucho Bermúdez” - Alex Tovar, Colombia. 

La boda de Luís Alonso - Gerónimo Giménez, España. 

Libertango /Fuga y Misterio - Astor Piazzolla, Argentina. 

Candombé de la “Suite de Ballet según Fígari” - Jaurés Lamarque Pons, Uruguay.
Es interesante hacer notar que el propio maestro Acuña dirigió su propia obra, el Poema Sinfónico Arenal 1968; el maestro fue uno de los profesores de la Orquesta y su presencia supuso un aliciente en la presentación de su obra. 

Ante una sala llena, con casi 1200 asistentes, la OJI ofreció un espectáculo lleno de alegría y vitalidad, con pasajes técnicamente muy complicados que fueron resueltos con profesionalidad y solvencia; la energía que desprendió el ensamble se contagió al público, que terminó en pie en los bises y que disfrutó enormemente el recorrido musical por esta nuestra Iberoamérica, tan diversa, tan rica y tan generosa. 

El año que viene la OJI volverá a constituirse y, esperamos, se convertirá en un elemento fijo de la programación de Iberorquestas Juveniles.